La Selva el medio ambiente y los territorios indígenas


La Amazonía peruana está habitada por más de 50 grupos étnicos. Cada grupo étnico tiene un estrecho vínculo con el territorio que habita. Su existencia está basada en el trabajo agrícola, que es la base de pequeñas parcelas de cultivos que crean microclimas, permitiendo así la diversidad de recursos para una alimentación y supervivencia, sin alterar el medio ambiente.

Rosa María Alva R.
Editora: www.ciencias.pe

Los pueblos indígenas y su territorio se pertenecen. Son inseparables. Para los indígenas, el territorio es el embrión que dio inicio a la existencia de sus pueblos con culturas e identidad propia. La relación del indígena con el territorio es vital, pues éste le proporciona alimentación, vivienda y en él se le permite recrear su cultura. Sin territorio, no hay vida.

Para los indígenas, el dueño es la “madre de la tierra”. Los andinos reconocen como la “Pachamama”, los Shuar como “Nugkui”, los Asháninka como “Kipatsi”, y así cada pueblo. Para el mercado, la tierra adquiere importancia monetaria y es negociable. Para los indígenas, adquiere importancia espiritual y es sagrado. En la cosmovisión amazónica no cabe el término tierra, sino, el de TERRITORIO, en un concepto amplio de la integralidad como un bien colectivo en interdependencia con la naturaleza.

La Amazonía es un territorio de baja densidad poblacional que necesita tener un sistema de rotación de tierras, dada la pobreza de los suelos. El trabajo agrícola lo realizan las mujeres en base a pequeñas parcelas de cultivos asociados, creándose así microclimas que permitían la diversidad de recursos para una alimentación familiar adecuada.

El nativo no necesita grandes extensiones de territorio para la agricultura, sino para su rotación debido a la pobreza de los suelos. De allí que la defensa de las tierras es vital para su subsistencia. Muchos pueblos amazónicos han basado su alimentación en la recolección y nomadismo, y no en la acumulación de riquezas.

La tendencia actual a promover monocultivos en áreas extensas genera una mayor fragilidad de los suelos de la Amazonía, al igual que formas extractivas de agua, petróleo y gas.

Los hermanos indígenas amazónicos están defendiendo el bosque tropical amazónico de las terribles consecuencias que significan las plantaciones de monocultivos para fines de agrocombustibles.  Se han dado leyes y normas tales como;  Ley 29338,  de  Recursos Hídricos  que abre paso a la privatización del agua con fines de lucro y para el provecho de operadores privados. El  Decreto Legislativo 1020 que  promueve la constitución de unidades productivas mayores de 20 hectáreas mediante el estímulo de la compra de tierras que no propone ninguna actividad alternativa para el sustento de las familias con menos opciones y recursos. El Decreto Legislativo 1064,  que Elimina el requisito del acuerdo previo entre las empresas y las comunidades campesinas y nativas para iniciar las actividades de exploración y explotación de los recursos del subsuelo.

La explotación de hidrocarburos en la selva peruana

Hay que tomar en cuenta que  la Amazonía peruana tiene concesionadas 49 millones de hectáreas, es decir, el 72% de este territorio, para exploración y explotación de hidrocarburos. El Perú es el país que ha concedido la mayor cantidad de áreas para esta actividad, a diferencia de Brasil que tiene sólo el 13% de sus Amazonía en concesión, y de Ecuador con el 11%.

La extracción de hidrocarburos conlleva una alta degradación del medio ambiente. Entre el 2006 y el 2009 se han producido 48 derrames entre los lotes 8 y 1 AB de Pluspetrol, afectando los ríos Tigre y Corrientes y sus afluentes, generando impactos negativos en las 34 comunidades indígenas que habitan ahí. Según un informe elaborado por el Ministerio de Salud en el 2006, el 98% de menores de la zona sobrepasaban los límites de cadmio en la sangre y las consecuencias para la biodiversidad y la naturaleza son en muchos casos irreversibles.

Fuente: Mesa de Interculturalidad-Forum Solidaridad Perú.

Publicado en el Suplemento de Ciencia y Tecnología Nº 68 del Diario La Primera, Lunes 18 de Octubre de 2010.

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