2013 ha sido nombrado por decisión de Naciones
Unidas, el Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua. El tema
del (Agua y Biodiversidad) se ha elegido para coincidir y resaltar la
importancia del papel de la biodiversidad y los ecosistemas en garantizar la
seguridad del agua y por consiguiente, el desarrollo sostenible.
Rosa Maria Alva R.
Editora de : www.ciencias.pe
Existe un Convenio sobre Diversidad Biológica que
fue abierto a la firma en Río de Janeiro, durante la Cumbre de las Naciones
Unidas sobre Ambiente y Desarrollo, denominada "La Cumbre de la
Tierra" y entró en vigor el 29 de diciembre de 1993.
Los tres objetivos del Convenio son la conservación
de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y la
participación justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de los
recursos genéticos.
Naciones Unidas alertó hoy sobre la creciente
"inseguridad hídrica" en el mundo y la necesidad de proteger la
biodiversidad y los sistemas ecológicos como factores claves para garantizar la
disponibilidad y calidad del agua.
Precisamente el secretario general de la ONU- Ban
Ki-moon, advirtió que de mantenerse la actual excesiva demanda de ese recurso
natural será imposible satisfacerla en el futuro, al tiempo que aumenta la
inseguridad en esa materia.
Según datos del organismo mundial, 884 millones de
personas, equivalentes al 12,5 por ciento de la población mundial, no tienen
acceso al líquido vital.
Los estudios oficiales estiman que para 2025
alrededor de mil 800 millones de seres humanos vivirán en países y regiones
afectadas por la escasez de agua.
Algunos
datos y la importancia del agua y la biodiversidad
Más de 2.200 millones de habitantes de los países
subdesarrollados, la mayoría niños, mueren todos los años de enfermedades
asociadas con la falta de agua potable, saneamiento adecuado e higiene. Y casi
la mitad de los habitantes de los países en desarrollo sufren enfermedades
provocadas, directa o indirectamente, por el consumo de agua o alimentos
contaminados, o por los organismos causantes de enfermedades que se desarrollan
en el agua. Con suministros suficientes de agua potable y saneamiento adecuado,
la incidencia de algunas enfermedades y la muerte podrían reducirse hasta un 75
por ciento.
En la mayoría de las regiones, el problema no es la
falta de agua dulce potable sino, la mala gestión y distribución de los
recursos hídricos y sus métodos. La mayor parte del agua dulce se utiliza para
la agricultura, mientras que una cantidad sustancial se pierde en el proceso de
riego. La mayoría de los sistemas de riego funcionan de manera ineficiente, por
lo que se pierde aproximadamente el 60 por ciento del agua que se extrae, que
se evapora o vuelve al cauce de los ríos o a los acuíferos subterráneos. Los
métodos de riego ineficiente entraña sus propios riesgos para la salud: el
anegamiento de algunas zonas de Asia Meridional es el determinante fundamental
de la transmisión de la malaria, situación que se reitera en muchas otras
partes del mundo.
Casi la mitad del agua de los sistemas de
suministro de agua potable de los países en desarrollo se pierde por
filtraciones, conexiones ilícitas y vandalismo. A medida que la población crece
y aumentan los ingresos se necesita más agua, que se transforma en un elemento
esencial para el desarrollo.
En algunas zonas, la extracción del agua ha tenido
consecuencias devastadoras en el ambiente. La capa freática de muchas regiones
del mundo se reducen constantemente y algunos ríos, como el Colorado en los
Estados Unidos y el Amarillo en China, se secan con frecuencia antes de llegar
al mar. En China, las capas freáticas acuíferas del norte han descendido
treinta y siete metros en treinta años y, desde 1990 desciende un metro y medio
cada año.
El alcance del problema del agua es una estocada al
estómago del fundamentalismo de mercado imperante en la aldea global, por lo
cual todo tiene precio y con mayor razón lo que es escaso. La revista Fortune
expresó: El agua promete ser en el siglo
XXI lo que fue el petróleo para el siglo XX, el bien precioso que determina la
riqueza de las naciones. Sin embargo, 160 gobiernos reunidos en La Haya
-Holanda- en el 2000 acordaron definir el agua como una necesidad humana y no
como un derecho del hombre. Ojo, un derecho no se compra y cuando se trata del
peligro que engloba para su existencia es urgente que tomemos conciencia y acción
sobre ello.
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